Degluciones

11.6.25


Hay quienes se comen la vida y quienes son devorados por ella.



Entusiasmos

10.6.25


Vivir satisfactoriamente no es otra cosa que saber a qué sueños aferrarnos.



Sísifos

9.6.25


Escribir es un proceso infinito.



Antagónicos

8.6.25


Le dijo que vivía en las antípodas de su amor y lo amó al revés.



Cambiar el paso

7.6.25


Hacer variaciones sobre lo invariable nos ayuda a salvar la rutina mental.



Atolladeros

6.6.25


Las creencias no nos salvan de ningún apuro.



Chispas

5.6.25


El ingenio es quien afila el lápiz de la escritura.



Pulverizados

4.6.25


Somos esa vela que el viento de la vida apaga y deja flotando ese humillo del recuerdo de la luz que fuimos hasta que se disipa en el tiempo.



Postulados

3.6.25

 

Ninguna teoría en particular explica el todo si es que la totalidad existe.



Partículas

2.6.25


A pesar de todo y ante todo, bajo toda sospecha y sobre toda duda. Con obstinación, con trabajo, con paciencia, con insistencia y sin extenuación. En lo oscuro de la soledad, en la plenitud del lenguaje, en la sencillez de las manos, en la desnudez del pensamiento. Donde se acaba y se vuelve a empezar, donde nunca se deja de aprender, donde se pone el alma, donde se pierde el tiempo. Entre líneas sosegadas, tras el silencio, sobre lo que no se encuentra y sobre lo que se arriesga. Contra el desaliento y la vacilación, durante la exasperación y el regocijo, mediante el sentimiento de abandono, para lamerse las heridas, para desentrañarse en el espejo de la vida, so pretexto de cambiarlo todo. Por lo vivido, por lo soñado, por lo anhelado, por lo sentido, versus la desolación y el desfallecimiento, vía de la dicha. Según se aligera la letra, hacia la luz y hacia el sueño, hacia lo incomprensible. Marginalmente. Desde siempre y hasta nunca jamás. Así se escribe. Así escribo.


Pasiones

1.6.25


Anselmo era un pacífico vecino, un padre ejemplar y popular amigo. Diríase que su vida de tan buena que era parecía aburrida y gris por lo flemática. No había contraste solo un color plano de la existencia. Salvo una excepción, su interacción con la pantalla de televisión cuando jugaba su equipo de fútbol. Ahí aparecía toda una paleta de colorido cromático. Nadie, tan solo él, podía trascender con tanta interconectividad a la representación de realidad que sentía. Lo de menos era insultar o gritar, porque era capaz de transmutarse en uno de los actores del espectáculo deportivo, normalmente en el entrenador del equipo. Era tal su mímesis con el plasma que ocurrió una abducción catódica que lo llevó hasta el banquillo de un club de la Premier League. Y desde entonces es un reputadísimo míster internacional.



Agudezas

31.5.25


Cuanto más simple es el humor de más tópicos está hecho.




Obcecaciones

30.5.25


El ser humano sufre una obstinación por pensar el Universo a su imagen y semejanza.


Indefectibles

29.5.25


Solo ante lo irremediable aprendemos a vivir.


Fortuitos

28.5.25


No pienso que estemos predeterminados, tan solo envueltos en una estadística azarosa.


Expulsados

27.5.25


No debe importar salir de la zona de confort, pero sí que nos empujen para sacarnos de ahí.


Subsistencias

26.5.25


Ya no sé vivir si no escribo.


Literalias

25.5.25


No tengo que hacer bueno lo que es bueno, ni hacer malo lo que es malo, solo tengo que inventar el mundo, se dijo el hacedor de mentiras.



Corredores

24.5.25


Las ideas siempre van delante de mí y corro para alcanzarlas.


Buscando la plenitud

23.5.25


Sin saber por qué sentimos nostalgia de la vida que no tendremos.



Conciencia perdida

22.5.25


Intuimos sin saber, el tiempo hacia qué dirección va.



Endebles

21.5.25


En las flaquezas educamos nuestra sensibilidad.



Embalados

20.5.25


Basta pararse para observar que el mundo va muy rápido y nosotros con él.


Aquietados

19.5.25


Si pacificas tu alma calmarás el mundo.


Revelaciones

18.5.25


Tras muchos años de convivencia con mi cuerpo, la Medicina me diagnostica que mi pelvis renal izquierda es bífida. Y ya ni me asusto. Lo descubrí en una visita al médico porque me dolía el costado derecho cuando iba al baño. Un dolor penetrante e intenso me hacía casi perder la consciencia aunque, afortunadamente, apenas duraba unos segundos en los que creía morir. Eso me procuró una visita al hospital para una ecografía. Allí me detectaron piedra en el riñón contrario al que sentía el dolor. Ante tanta conjura médica decidí huir del centro sanitario lo más rápidamente.



Amor sentido

17.5.25


Una persona que escribe sabe que la gente le quiere cuando es leída.


En la busca

16.5.25


Anda, piérdete en mil lecturas hasta encontrar las que son tuyas.



Contradictor

15.5.25


A nuestro cerebro le molesta que le lleven la contraria, por la pura pereza de repensar nuevamente.


Contraflujo

14.5.25


No te busques en los demás si aún no te has encontrado en ti.


Espacio desocupado

13.5.25


Siento un vacío cuando me contradigo porque sé que me expreso desde la fortuna de quien puede señalar las cosas que no nos hacen bien.



Extenuados

12.5.25


Recuerdo que, en mi juventud, mientras duró el espejismo de la eternidad, el tiempo parecía correr tras de mí para alcanzarme. Ahora, en cambio, soy yo quien le sigo con la lengua fuera mientras él vuela.



Cine mudo

11.5.25


Se puso a ver la película de su vida y aquel final no acabó de convencerle.


Sustentaciones

10.5.25


La vida es una suma de vacíos. El acierto una acumulación de fracasos.


Metodologías

9.5.25


El arte de enseñar es practicar la seducción del aprendizaje y del conocimiento.


Repercusiones

8.5.25


Cuanto más eco adquieren las palabras más ruido provoca su reverberación.


Disciplinas

7.5.25


Trato de hacer de mi vida un sencillo ejercicio de voluntad.


Reasentamientos

6.5.25


Quien cuestiona el pensamiento establecido suele provocar urticaria en las ideas acomodadas.



Paroxismo escritural

5.5.25


Además de una acción de libertad, escribir es un acto de rebeldía ante el mundo.



Auténtico

4.5.25


Siempre solía presumir de ser un tipo auténtico porque desde pequeñito le enseñaron a practicar la verdad. No mentía, no fingía, no adornaba sus discursos. Aprendió a mirarse al espejo sin pestañear, a confesar sus miserias con precisión quirúrgica y a desarmar cualquier emoción hasta volverla transparente.

Fue un día que decidió escribir su autobiografía cuando, ¡oh maravilla! entendió que no sabía quién era. Así cada recuerdo parecía contado por alguien más, una voz que sonaba sincera, pero ajena.

Sospechó entonces que por tanto empeño en ser honesto, había acabado inventándose un personaje incorruptible. Y lo peor que al interpretarlo tan bien no podía dejar de creerlo.


Desajustes

3.5.25


La revalorización de la ignorancia está poniendo en peligro el valor del conocimiento.


Colmados

2.5.25


Demasiada gramática nos mata.



Conciencia de la fugacidad

1.5.25


Vivimos encerrados en burbujas que creemos que son el mundo y que se elevan por un líquido temporal hasta que, al tocar su superficie, desaparecen.

Tras un ‘mal’ día

30.4.25


Al caer la noche cenamos a la luz de las velas rodeados de intimidad y de silencio. Contamos historias de cuando éramos pequeños y recordamos miedos pueriles, referimos anécdotas y surgieron las risas y las bromas. Solo las palabras construían ese momento. Ninguna pantalla, ningún ruido, ninguna intromisión en aquella relación familiar donde los sueños infantiles se mezclaban con la oscuridad. Y como postre salimos a la calle, envueltos en la negrura, para ver las estrellas y reconocer la Osa Mayor y hasta la estrella Polar. Es posible que esta noche, aunque sea por una hora, vuelva a apagar la luz.



Perseverantes

29.4.25


La voluntad nos autoafirma frente a la hostilidad del mundo.


Fantasiosos

28.4.25


Toda fantasía es real solo en su fantasía.


Sermoneados

27.4.25


El predicador se subió al púlpito, famoso por acotar discursos flagelantes, era temido y esperado en su verborrea fustigadora. Su figura hierática emergió en las alturas, demacrada y enjuta, sobre la muchedumbre entregada y expectante. Pero el representante deifico calló largo rato que pareció amplificarse más por el silencio del auditorio. Continuó mudo durante horas y nadie se atrevió a decir nada. Su discurso silente caló entre la gente más que nunca. Esa era su gran verdad.



Espejidad

26.4.25


Hemos extrapolado salud por trabajo, tiempo por dinero, libertad por sumisión, conocimiento por ignorancia y lo llamamos felicidad.


Ruido y furia

25.4.25


La vida, a veces, solo parece un juego de idiotas.



Disipadores

24.4.25


El verdadero amor espanta todos los miedos.


Calado

23.4.25


¿Qué hacemos con la vida si no sabemos vivirla en toda su hondura?


Entrenos

22.4.25

  

—¿Sabes? Siempre me ha parecido curioso eso que pasa con los músculos cuando te ejercitas. 

—¿El dolor del día siguiente? 

—Sí, pero no el dolor en sí. La causa. Se llaman micro roturas fibrilares. Pequeñas lesiones en las fibras que, al sanar, hacen que el músculo se desarrolle más. 

—¿Y eso a qué viene?

—A que creo que en el amor pasa algo parecido. Cada discusión, cada malentendido, cada decepción... son como micro roturas sentimentales. 

—¿Roturas del alma, dices? 

—Sí. Pequeñas fisuras que no se ven, pero que están ahí. Y si las cuidamos, si las hablamos, si las curamos juntos... el vínculo se vuelve más resistente. 

—Pero si no se atienden… 

—Entonces se acumulan. Como en el cuerpo: si fuerzas sin descanso, sin escuchar el dolor, acabas rompiéndote en serio. 

—Nunca mirado desde ese punto de vista.

—Yo tampoco, hasta que empecé a sentir esas agujetas en el corazón y no en los músculos.



Elongaciones

21.4.25


El pensamiento es tan prodigioso que pude aligerar o lentificar el tiempo.


Echar raíces

20.4.25


Hoy en día cuando alguien dice voy al quiosco no va a buscar ya periódicos ni chucherías. Busca sombra o pausa, sentarse un rato bajo aquel árbol frondoso en el centro de la plaza, ese cuyas hojas susurran noticias del ayer y cuyo tronco cruje como si leyera en voz baja. Los vecinos lo llaman el árbol de Marcelo, aunque no todos recuerdan por qué.

Nadie pudo explicarlo del todo, pero lo cierto es que una mañana el templete ya no estaba. En su lugar, un exuberante magnolio creció como si siempre hubiese estado ahí, con raíces profundas y ramas que se inclinaban suavemente sobre los bancos. Las revistas habían desaparecido, pero aún quedaba en el aire un leve olor a tinta y a papel viejo. Los pájaros cantaban nombres de noticias y los niños recogían hojas que contaban cuentos al tocarlas. Hubo quienes recordaban el principio. Julia, una vecina del barrio, que juraba haber sido la primera en notarlo: «¡Marcelo, te estás poniendo verde!», le gritó entre risas.

Pero no era broma, el quiosquero perpetuo, empezó a sentir que algo en él se soltaba en el tiempo. Su piel se endureció como corteza, y sus pies, acostumbrados a pisar siempre el mismo suelo, comenzaron a hundirse con suavidad en el subsuelo, como si la tierra lo llamara. De su pecho nacían ramas finas y de sus silencios brotaban hojuelas. Y sin embargo no tuvo miedo. Solo una extraña paz, una certeza vegetal que lo abrazaba desde dentro. Por primera vez en décadas, Marcelo no esperaba a nadie. Solo crecía.

Antes de ese momento inexplicable, fue parte del paisaje. Desde su cubil vio crecer al barrio, hoja a hoja, año tras año. Recordaba a los críos que venían a por chicles y cromos de futbolistas, jubilados que repasaban titulares sin terminar nunca de leerlos, coleccionistas de promociones raras. Él estaba allí, día tras día, como un reloj que nadie mira y que a todos es necesario.

No hablaba mucho, ni salía del quiosco. Se hizo invisible a fuerza de estar ahí. Una figura más entre el cartón, el tabaco y los titulares. Y, sin embargo, desde ese pequeño cubículo de aluminio y cristal, Marcelo guardaba los secretos del barrio, como un archivo viviente. Nadie lo supo entonces, pero en él germinaba ya la semilla del árbol que habría de venir. Porque, a veces, quien permanece mucho tiempo en el mismo lugar, termina echando raíces.



Límpidos

19.4.25


Una vida sencilla pero amable, sin más.


Parasitados

18.4.25


Es imperdonable el tiempo usurpado de nuestras vidas por un sistema que nos vampiriza.



Insulanos

17.4.25


El alma humana es una isla cada día más solitaria.


No alineado

16.4.25


He declarado mi corazón país neutral donde no existe beligerancia con nadie.


Sigilos gozosos

15.4.25


Disfruta en silencio, la gente suele estropear las cosas buenas de la vida.



Prospecciones

14.4.25


A veces solo anhelo despertarme por dentro.


Bajo la lluvia

13.4.25


La noche es fría y lluviosa. Mientras conduzco veo cómo un perro, mojado y solitario, cruza la calle. ¿Por qué esa imagen me recuerda tanto al destino humano? 

El animal no corre. Camina lento como si ya no esperara nada de nadie, igual que si supiera que, al final, cada uno se enfrenta a la tormenta que le toca vivir.

En su andar torpe y resignado hay algo que se parece a todos nosotros: esa búsqueda ciega de un refugio que no siempre está, de un lugar al que pertenecer.

Debería haber frenado pero no frené.



Desfallecimientos

12.4.25


Lo peor es que cuando te cansas de ser tú no tienes un yo de repuesto.


Frecuentes

11.4.25


Existen lugares comunes a los que volvemos pero han desaparecido.




Sin luz

10.4.25


Saldrá el sol pero en la amargura todo es oscuro.


Estelas

9.4.25


Somos una prolongación de lo que amamos.


La ciudad de los olores

8.4.25


—Alejandra esta ciudad siempre me huele a Rimbaud y el Café Les Deux Magots a Beauvoir y a Camus.
—París es la ciudad donde aprendí que se puede estar más solo que en el desierto. Aquí la soledad tiene ruido de pasos apresurados y risas ajenas. Me enseñó que el infierno puede ser una ciudad luminosa. Sus calles son heridas abiertas por donde sangro versos. París me dio palabras y me robó la piel.
—¿Somos el vacío y la nada?
—Escribo contra el silencio que me habita. Escribo para llenar el vacío, pero cada palabra excava más hondo el abismo.
—Pero hubo territorios como la infancia poblada de sensaciones.
—Yo era una niña que jugaba a ser poeta y ahora soy una poeta que juega a ser niña. Mi infancia no fue infancia. Fue un exilio disfrazado de juegos. En mi memoria hay un jardín donde nunca salió el sol. Allí sigo, enterrando muñecas rotas.
—Somos exiliados de algún territorio de nuestro yo.
—No tengo territorio soy mi propia extranjera. En París he aprendido que el exilio no es un lugar, sino una piel que nunca termina de mudarse. No tengo patria. Mi cuerpo es una frontera cerrada incluso para mí. Mi único hogar es el silencio. Pero hasta él me exilia cuando intento habitarlo.
—Y luego está la lucidez.
—Mi locura es ver demasiado en un mundo de ciegos. Mi locura es ver con demasiada claridad. Los demás pestañean; yo tengo los ojos siempre abiertos en la oscuridad y luego tengo esta luz dentro que me quema. No es sabiduría, es una fiebre que no cesa. Estoy presa dentro de mi propia claridad. Cada pensamiento es un barrote. Escribo porque no soporto lo que veo. Pero al escribirlo, lo hago aún más real.
—Es por eso que el suicidio se convierte en acto estético y una metáfora de liberación.
—Moriré de amor o de poesía pero no de tiempo. No temo a la muerte, temo a esta vida que ya es un simulacro de ausencia.
—¿El lenguaje es salvación y trampa porque es imposible nombrar lo inefable?
—Escribo para no morir pero escribo porque estoy muerta. Cada poema me cuesta un pedazo de piel. Escribir es despellejarse vivo.
—Dicen que en esta ciudad se huele el amor al caminar por sus calles.
—Amar es ver el final desde el primer beso. Por eso mis amores son epitafios anticipados. Amar es desangrarse en otro, es cometer un suicidio a cámara lenta.
—Me marcho, he visto pasar al fantasma de César Vallejo, voy a ver dónde va.
—La poesía es el intento de nombrar lo que nos quema por dentro y no tiene nombre. Sólo en el poema digo la verdad. Después, miento como todo el mundo. Cada poema es un fracaso. Pero es el único fracaso que me enorgullece.



Usurpaciones

7.4.25


Al final somos un despojo del tiempo.


Casa de acogida

6.4.25


Khaleesi nació con una sonrisa como si el mundo le pareciera un juego amable. Aún no sabía que había llegado a una estación equivocada del destino, una donde los abrazos escaseaban y los gritos sobraban. Su madre, con la voz hecha un susurro y los ojos enturbiados por cicatrices invisibles, apenas la sostenía, pero aun así, la sustentaba.

La enfermera, testigo silente de tantas historias rotas, se dejó seducir por aquella criatura de luz. La niña le sonrió como si la esperanza pudiera prenderse así, de repente, en un parpadeo.

La madre llegó a aquel lugar temblando. No traía nada, salvo miedo y una niña que aún no comprendía el mundo. Allí le ofrecieron algo parecido al cobijo: una manta, un plato caliente, un oído que no juzgaba. Y, sobre todo, tiempo.

Khaleesi, con sus manos pequeñas, tocaba el rostro de su madre como queriendo recordar su forma, como si dijera: no te vayas otra vez. Y la madre amusgó la mirada como quien se protege del sol, comprendiendo que tenía que quedarse, que podía permanecer y que tal vez valía la pena intentarlo.

La casa era modesta, pero el corazón que es como una casa de acogida se le agrandó por dentro. Allí comenzó a construir otro relato: sin golpes, sin voces, sin desaliento. Una pequeña diablura contra la fatalidad.

Porque una consecuencia de hacer siempre lo que otros quieren es que te arrastra un torrente extraño hasta que un día decides y, es esa pequeña libertad, igual a una chispa que lo ilumina todo la que te puede llevar mar adentro.

Y entonces, por primera vez, la mujer miró a su hija a los ojos y sonrió.



Cubriciones

5.4.25


Todo el pensamiento que sepultamos es nuestro yo más verdadero.




Debacles

4.4.25


Si usamos grandes palabras, naufragamos el mensaje.


Gozadas

3.4.25


La vida la disfrutas más cuanto más la entiendes.


Patrones de existencia

2.4.25


Al principio era el ‘Ojo de Dios’ quien lo veía todo, la deidad omnisciente y la conciencia cósmica suprema.

Después fue el Gran Hermano quien nos vigilaba, ese panóptico de Michel Foucault que es el de la lógica de sociedades hipervigiladas, donde la autorregulación y la autocensura reemplaza a los barrotes.

Ahora es el algoritmo quien nos observa, nos sigue y sabe todo sobre nosotros, y nos seduce con sus constantes mensajes. Ya no necesitamos ser obligados a obedecer, porque hemos aprendido a desear lo que el algoritmo quiere que deseemos. Y lo más inquietante es que, a diferencia del Gran Hermano, que era un enemigo visible, el algoritmo es invisible, intangible y, muchas veces, deseado.

Así, la vigilancia ha pasado de lo divino a lo político y finalmente a lo digital, en un proceso donde el control se ha vuelto más sutil, pero también más profundo. La pregunta ya no es quién nos observa, sino si alguna vez podremos dejar de ser observados y manipulados.

Quizá la alternativa sea que juguemos a desconcertar el algoritmo, sepamos más que él, practiquemos la equivocación, le facilitemos mentiras y borremos nuestro rastro con desconexiones cada vez más frecuentes.



Tributos

1.4.25


Cuanto más comprendemos lo menos que somos es cuando más apreciamos vivir.



Ahíncos

31.3.25


Aun sin el favor del público puedes escribir para ti.


Osmólogo

30.3.25


Desde niño poseía esa rara habilidad de olfatear el sexo de las mujeres. Sabía que cada una emitía un olor diferente. Las había que olían a azucenas de mar o a queso curado, a tierra regada por la lluvia, a guayaba o a canela, a bergamota o a tinta china. Un mapa cromático de fragancias femeninas embelesaba sus narinas. Todas tenía un aura aromática que las definía ante su nariz. Fue al llegar a su juventud que se enamoró y perdió su sexto sentido odorífero porque su amor no olía a nada.


Desenfrenos

29.3.25


Debemos sacar nuestro lado travieso antes de que la seriedad nos aplaste.


Realismo mágico

28.3.25


Lo fabuloso de una vida ordinaria es que no tenga nada de habitual.


Reseteo

27.3.25


Esas ganas repentinas de nacer de nuevo y vivir como si nada hubiera pasado.


Paradoja de la percepción

26.3.25


Tantas veces lo evidente no lo vemos a pesar de tenerlo delante.



Fluyentes

25.3.25


Si quieres crear, rígete por las leyes del Universo, no por las establecidas por los humanos.


Reservas

24.3.25


El infierno es de todos. El cielo es exclusivo.



La cena

23.3.25


Se juntaron una noche la coma elíptica y el coma etílico. Ella muy sobreentendida y él muy inconsciente, hacían una pareja peculiar. Habían quedado para cenar con una pareja amiga: él era corrector ortográfico y ella delirium tremens. Creo que la velada no acabó muy bien porque hubo faltas de respeto, descontrol, poca economía del lenguaje y alucinaciones.


Atención plena

22.3.25


En ciertos momentos no miramos bien y por eso no vemos lo suficiente.



Intenciones

21.3.25


No puedo cambiar el mundo pero sí hacer más agradable lo que me rodea.


Miradas únicas

20.3.25


Cuando desde niño percibes, sientes o ves, cosas que lo demás no, terminas por entender que estás observando una realidad distinta.



Afrontamientos

19.3.25


En ocasiones, la huida no debe ser hacia delante sino hacia aquello de lo que se huye.


Insumisos

18.3.25


La dignidad nos suele mantener erguidos.


Aplomados

17.3.25


Los prejuicios y el desconocimiento siempre han lastrado el progreso humano.

Atrapado

16.3.25


Me fingí muerto pero ya no resucité.



Consunciones

15.3.25


El corazón nunca se rinde, pero lo cansan las situaciones.



Insensibles

14.3.25

 

La soberbia del progreso envilece la humildad humana.



Indecisiones

13.3.25


Somos seres dubitativos entre el apego y el desapego.



Materializaciones

12.3.25

 

Circunstancialmente se intuyen cosas que no son ciertas pero que al pensarlas comienzan a serlo.



Extracciones

11.3.25


De lo malo podemos sacar lo mejor o morir en el intento.



Variaciones

10.3.25


Es posible ser feliz sin que exista la felicidad plena, hechos como estamos de tantos matices y momentos.



Ciberflechazo

9.3.25


Las máquinas se enamoraron de mi manera de pensar porque escribía relatos para lectores inteligentes.



Dejados

8.3.25



Nunca sabes qué abandono afrontarás.


Dadores

7.3.25


Somos más lo que damos que aquello otro que recibimos.



Ahondamientos

6.3.25


Busca en ti, busca profundo, ahonda hasta encontrar al yo que fuiste.


Interiorizaciones

5.3.25


Para entender al prójimo es necesario empezar con una comprensión exhaustiva de sí mismo.


Celadas

4.3.25


El lenguaje está lleno de tretas y por eso cada frase es una emboscada.